lunes, 15 de julio de 2019

CONCLUSIÓN

Pertenecer a un grupo puede resultar gratificante para los individuos, independientemente de quienes sean sus miembros, las actividades o los propósitos para los que fue formado; según Singer y Shockley (1965) las personas se integrarían partiendo de la necesidad de afiliación  y porque el grupo es percibido como un medio para satisfacer una o varias necesidades del individuo; por tanto, puede afirmarse que la atracción interpersonal es una función del grado en que una persona espera que la afiliación le resultará gratificadora.

    Ya establecida la pertenencia al grupo, una variable importante para el proceso grupal es el grado en que los miembros del grupo se sienten atraídos mutuamente, la magnitud con la que el grupo está cohesionado puede tener cuando menos tres significados:

a) Atracción hacia el grupo, que incluye la resistencia a abandonarlo.
b) Moral o nivel de motivación que muestran sus miembros.
c) Coordinación de los esfuerzos de los miembros.
     Se atribuye a la cohesión grupal una influencia sobre una amplia gama de actividades del grupo, pero su efecto más significativo reside en que lo mantiene unido. La cohesión da como resultado mayor interacción, influencia social, productividad y satisfacciones del grupo.
     Ya establecida la cohesión grupal, la posición de los miembros dentro de la estructura es de una gran significancia y el liderazgo constituye un punto crucial para el éxito del grupo, ya que el líder  se constituye en el punto focal de la conducta grupal, tiene más influencia en la toma de decisiones y suele ser el centro de atención; será éste quien conduzca al grupo hacia la consecución de sus objetivos y en resumidas cuentas, el líder es quien tiene una influencia demostrable, logra modificar el nivel de rendimiento y produce un cambio significativo al interior del grupo.
     Todo miembro del grupo tiene un rol asociado y consiste en la conducta que se espera de quien ocupa cierta posición. Sobre las conductas esperadas suele haber acuerdo, no sólo por quien ocupa la posición sino por el resto de los miembros, incluso de otros grupos.
     En circunstancias normales no hay conflicto de roles, sin embargo, en circunstancias excepcionales quien ocupa posiciones en diferentes grupos, puede verse obligado a desempeñar simultáneamente roles distintos.

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